Más de 80 niños o jóvenes pueden haber sido víctimas del tráfico de seres humanos en Escocia en los últimos dos años, según un informe publicado ayer por la oficina del comisario escocés para los niños y los jóvenes (SCCYP en sus siglas en inglés). El informe, realizado con la University of the Highlands and Islands, en Perth, advierte que esa cifra es solo estimativa y puede ser "la punta del iceberg" del problema, una tragedia compartida en el resto de Europa occidental.
El informe se basa en multitud de entrevistas y trabajo de campo con educadores, asistentes sociales, Gobiernos locales y fuerzas del orden. El estudio subraya que es muy difícil saber cuántos niños son víctimas cada año, pero llega a la conclusión de que ha habido al menos 83 dos años después de ajustar las cifras de casos sospechosos detectados por los encuestados. Estos han señalado que en ese periodo en 249 ocasiones han temido que alguno de los niños con los que han tratado o con los que han dejado de tratar pueden haber sido víctimas de traficantes. Sin embargo, solo 79 casos de sospechas fueron remitidos a alguna autoridad y apenas 14 llegaron hasta la Agencia de Fronteras (UKBA en sus siglas en inglés).
De los 17 casos documentados entre marzo de 2007 y febrero de 2010, dos afectaban a niñas portuguesas de dos y seis años utilizadas para obtener ayudas sociales; ocho, a chicas de entre 13 y 17 años para explotarlas sexualmente (cuatro) o para forzarlas a cometer pequeños crímenes callejeros (tres); y otros siete chicos de entre 13 y 17 años utilizados como rateros, para ser explotados laboralmente o incluso para cultivar cannabis.
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