viernes, 1 de abril de 2011

Escocia halla 80 casos de niños explotados sexual o laboralmente

Más de 80 niños o jóvenes pueden haber sido víctimas del tráfico de seres humanos en Escocia en los últimos dos años, según un informe publicado ayer por la oficina del comisario escocés para los niños y los jóvenes (SCCYP en sus siglas en inglés). El informe, realizado con la University of the Highlands and Islands, en Perth, advierte que esa cifra es solo estimativa y puede ser "la punta del iceberg" del problema, una tragedia compartida en el resto de Europa occidental.

El informe se basa en multitud de entrevistas y trabajo de campo con educadores, asistentes sociales, Gobiernos locales y fuerzas del orden. El estudio subraya que es muy difícil saber cuántos niños son víctimas cada año, pero llega a la conclusión de que ha habido al menos 83 dos años después de ajustar las cifras de casos sospechosos detectados por los encuestados. Estos han señalado que en ese periodo en 249 ocasiones han temido que alguno de los niños con los que han tratado o con los que han dejado de tratar pueden haber sido víctimas de traficantes. Sin embargo, solo 79 casos de sospechas fueron remitidos a alguna autoridad y apenas 14 llegaron hasta la Agencia de Fronteras (UKBA en sus siglas en inglés).
De los 17 casos documentados entre marzo de 2007 y febrero de 2010, dos afectaban a niñas portuguesas de dos y seis años utilizadas para obtener ayudas sociales; ocho, a chicas de entre 13 y 17 años para explotarlas sexualmente (cuatro) o para forzarlas a cometer pequeños crímenes callejeros (tres); y otros siete chicos de entre 13 y 17 años utilizados como rateros, para ser explotados laboralmente o incluso para cultivar cannabis.

Jinetes de camello

Los Emiratos Árabes esclavizaban niños traídos de países pobres de África y Asia para convertirlos en jinetes de carreras de camellos. UNICEF logró frenar esta crueldad y comenzó a repatriar a los chicos que quedaron vivos. Ana Alfageme relató para El País la vida de tres hermanos convertidos en niños jinetes.
Los niños siempre se plantan delante al ver una cámara de fotos. Los ojos muy abiertos, la sonrisa blanca, llena de dientes. Ocurre en cualquier rincón de Mauritania. Luego estallan en una carcajada al reconocerse en la pantalla de cristal líquido.

jueves, 31 de marzo de 2011

Explotación infantil en Corea del Norte

Redacción Madrid. 2 de febrero. Las autoridades de Corea del Norte obligan a los niños a trabajar como mano de obra barata, desvían las ayudas alimentarias destinadas a la población y encierran en correccionales a menores de edad cuyos padres han cometido un delito, según informaron varias organizaciones de Derechos Humanos.
   El informe de la Alianza de Ciudadanos para los Derechos Humanos en Corea del Norte y del Centro Asia de Derechos Humanos, con sede en Seúl, hecho público hoy, revela que las deficiencias del sistema educativo han aumentado los casos de abandono escolar y de analfabetismo en el país.
   "El trabajo infantil y la explotación económica se han extendido ampliamente y se han convertido en prácticas habituales en medio del empeoramiento de la penuria económica del país", se lee en el informe, titulado 'Informe sobre la Situación de los Derechos de los Niños en la RDPK'.
   Los niños tienen grandes dificultades para acceder a la educación y los pocos libros de texto disponibles sirven como propaganda del régimen estalinista del país, asegura el informe. Aparte, los niños se suelen ver obligados a trabajar en granjas y factorías o a rebuscar materiales, como el estaño o la madera, para venderlos al Ejército o a las autoridades locales. El informe se basa en entrevistas con alrededor de 50 desertores.
   "En consecuencia, parece que el porcentaje de analfabetismo ha aumentado y que el nivel académico global de los jóvenes norcoreanos ha empeorado en la mayoría de las zonas, excepto en Pyongyang y en un puñado de lugares", prosigue el texto. Los que permanecen en la escuela se ven forzados, desde los catorce años de edad, a pasar dos años de servicio militar obligatorio en las filas de la 'Joven Guardia Roja'.
   Por otra parte, las agencias internacionales humanitarias que intentan hacer llegar alimentos a la necesitada población de este país de 23 millones de habitantes se enfrentan a numerosos controles para llevar sus ayudas a destino.
   Con todo, incluso en caso de que lleguen, muchos niños se quedan sin estos suministros. Según el informe, los profesores de las provincias pobres, que deberían encargarse de distribuir las ayudas alimentarias, la suelen vender a estudiantes o a comerciantes y una parte incluso es desviada a los niños de la clase privilegiada de Pyongyang y del Ejército.
   Aparte, prosigue el informe, los menores de edad cuyos padres son detenidos por delitos se ven obligados a ingresar en centros especiales en los que "se les priva de educación básica, se les fuerza al trabajo al infantil y se les restringe la libertad".
   El informe da cuenta de algunas mejoras en las condiciones de los niños, como la supresión de las torturas a menores acusados de delitos y la reducción de las penas a los niños que son sorprendidos mientras intentan escapar del país. También se han incrementado las vacunaciones infantiles.

El trabajo infantil en Colombia no disminuye, según datos oficiales.

Por causa de la pobreza más de un millón de niños entre los cinco y 17 años están obligados a trabajar en Colombia.

Hoy se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y en la ciudad de Montería se registra el mayor número de niños que cambian el estudio por el trabajo, mientras que Bogotá presenta el menor índice.

La coordinadora nacional para la erradicación de trabajo infantil de la OIT, Liliana Obregón, señala que según las estadísticas suministradas por el DANE más un millón de niños colombianos trabajan y otro millón de menores realiza oficios en el hogar durante más de 15 horas a la semana.

Según las estadísticas las ciudades colombianas donde más se registran niños trabajadores son: Montería, Ibagué Bucaramanga y Cali.

Para la Organización Internacional de Trabajo es evidente que la pobreza es la principal causa que obliga a que los niños cambien el colegio por el trabajo.